Una breve historia de la joyería en la Edad de Piedra y de Bronce

Desde sus inicios, el ser humano creó útiles para usarlos en su vida cotidiana. Eran herramientas muy básicas (cuchillos, anzuelos, martillos...) que le permitían realizar tareas de supervivencia, como, por ejemplo, la caza y la agricultura. Con la evolución de las técnicas de tallado y pulido, afloró una faceta más artística y comenzó a elaborar pequeños elementos decorativos o amuletos.

Habitualmente, suelen nombrarse como primeros ejemplos de joyas antiguas las encontradas en yacimientos sumerios, asirios o egipcios. Pero, si viajamos miles de años atrás, podemos encontrar que nuestros antepasados prehistóricos también fabricaban y usaban joyas hechas de piedra, hueso, conchas y otros materiales. A continuación, te contamos cómo aparecieron y evolucionaron todos estos elementos decorativos.

Joyería en la Edad de Piedra

Los primeros ejemplos de joyas se remontan al Paleolítico. Los pobladores de este periodo utilizaban materiales de la naturaleza para crear elementos que sujetasen sus rudimentarias prendas de vestir. Poco a poco, fueron perfeccionado estas creaciones gracias a la introducción de dientes y plumas de animales, minerales y piedras preciosas.

Unas garras de águila de cola blanca descubiertas en Croacia se cree que fueron pulidas, ensartadas en una pulsera y usadas como colgantes de joyería. En Israel se encontraron en el interior de una cueva conchas de moluscos perforadas para utilizarse como cuentas de un collar.

Has de saber que estos objetos también se empleaban como elemento diferenciador

Quizás como una pieza simbólica que llevarían los miembros de los distintos clanes. Pero, a medida que el hombre evolucionaba, surgieron las joyas como creación religiosa o espiritual. La Venus de Hohle Fels, hallada en una excavación en Alemania, estaba tallada en un pedazo de colmillo de mamut y servía como amuleto en forma de colgante.

Con el descubrimiento, probablemente accidental, de las primeras piedras preciosas, el arte de la joyería primitiva siguió evolucionando. En sus tareas diarias de pesca, los hombres prehistóricos encontraron en el fondo de los ríos piedras de colores llamativos. La singularidad de estos objetos se utilizaría para crear joyas que señalasen el estatus de sus portadores, pero también como elementos mágicos protectores y curativos.

Cuando el hombre de Cromañón atravesó Europa para desplazarse desde África a Oriente Medio, recolectó elementos de diversos tipos que utilizaría más tarde para su creaciones de joyería. Igualmente, fue extendiendo el arte de la orfebrería primitiva durante estos movimientos migratorios.

Joyería en la Edad de Bronce

Sigue sin establecerse un origen preciso a la invención de extraer cobre y estaño de los minerales y fundirlo. Se apunta a que, probablemente, entre el cuarto y tercer milenio antes de Cristo se descubrieron estas técnicas que fueron generalizándose.

No has de olvidar que el bronce contaba con varias ventajas sobre la piedra y la madera. Resultaba más fácil de moldear y de afilar, era más duradero y podía volver a fundirse para crear nuevos utensilios. Debido a estas características, el diseño de la joyería experimentó un destacado salto evolutivo. De hecho, la Edad de Bronce supone la base de la orfebrería tal y cono la conocemos en la actualidad.

Comenzaron a fabricarse alfileres de ropa, anillos, pulseras, tobilleras, botones... Si la piedra, la madera y el hueso se adornaban tallando la superficie, en este periodo las piezas de bronce se decoraban con técnicas novedosas, como el repujado.

Los primeros hallazgos son adornos simples de cobre de finales del Neolítico.

Diademas y brazaletes de una pieza, collares de bolas ensartadas, anillos y pendientes. La decoración de estas piezas, muy básica, se basaba en surcos geométricos, círculos o hendiduras hechas con un punzón o martillo.

Sin embargo, no podemos finalizar este post sin hablarte de los torques. Se trata de collares que tuvieron su origen en asentamientos de Irlanda y que, después, se extendieron por toda Europa. Eran piezas con un claro simbolismo de estatus que señalaban la importancia y riqueza de su portador. Además, poseían un simbolismo ritual, pues se solía enterrar a los muertos con un torque como moneda de cambio en la próxima vida.

Con la entrada de materiales nuevos, como el oro y la plata, fue perfeccionándose el diseño y ornamentación de los torques.

Comenzaron a producirse adornos retorciendo finas tiras de lámina de oro. Esta técnica, que todavía se usa hoy en día, se empleó para crear una gran variedad de joyas, como aretes, pulseras y adornos para el cabello.

Esta evolución supuso la aparición de la figura del orfebre. Los hallazgos arqueológicos nos sugieren la existencia de orfebres ambulantes que se dedicaban a la creación y reparación de piezas. Los distintos asentamientos comenzaron a comerciar con joyas y a extender nuevas técnicas, diseños y materiales. La joyería se afianzó como un elemento comercial, además de social y religioso. A partir de este momento, la orfebrería alcanzó una gran complejidad gracias al arte de nuevas civilizaciones, como la sumeria, la mesopotámica o la egipcia.

Como has podido comprobar, ya nuestros antepasados prehistóricos utilizaban las joyas como elementos simbólicos y decorativos, una práctica que sigue vigente en nuestros días.

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