La joyería en la Edad Media

La joyería ha crecido y evolucionado con el paso de los años. Como habrás visto, su uso ha aumentado pasando de ser un producto exclusivo de clases más adineradas a un elemento al alcance de casi todos. Sus inicios se sitúan en la prehistoria donde los pueblos ya elaboraban adornos decorativos como brazaletes utilizando como materiales de joyería los diferentes metales que extraían de la tierra. Posteriormente, este arte se fue desarrollando, añadiendo nuevos elementos como las piedras preciosas y convirtiendo los primeros siglos de la Edad Media en un momento de gran importancia.

Las joyas, un elemento distintivo de la Edad Media

Las joyas se convirtieron en un elemento que aportaba estatus y permitía mostrar el poderío económico de su portador. Las joyas eran usadas por hombres, mujeres y niños con independencia de su raza y religión. Esto las convertía en elementos que desprendían poder y un claro estatus social.

Para marcar este último se empleaban los diferentes metales empleados en la elaboración de estas. Las familias más adineradas, como la realeza y los nobles, usaban el oro y la técnica del baño de plata acompañados por las piedras preciosas. Por otro lado, se usaban estaño o cobre y se integraban cristales tintados para generar una similitud con las piedras.

Además, todas las religiones de la época contaban con la creencia de que este tipo de elementos protegían o sanaban a su portador. Esto aumentaba su popularidad y provocaba que fuesen cada vez más demandadas. Para elaborarlas se encontraban unos artesanos especializados y de gran prestigio, los orfebres.

Los orfebres, un oficio de gran delicadeza

Para realizar las piezas, estos artesanos solían utilizar el oro y las piedras aportadas por sus clientes. Entre sus virtudes destacaba la paciencia y la precisión, ya que realizaban algunos de los procesos más complejos de la época sin herramientas o complementos como las mesas de joyería que todos usamos en la actualidad. Para realizar los encargos utilizaban diferentes técnicas:

  • Repujado: Se trata de ahuecar el metal por la parte trasera de la pieza para darle volumen.

  • Grabado: Gracias al cincel se plasmaban dibujos u otros elementos en las joyas.

  • Filigrana: Mediante hilos de metal de distinto espesor se creaba la pieza.

  • Granulado: Se utilizaban esferas, generalmente de oro para crear el diseño sobre una lámina plana.

  • Talla: Con las piedras preciosas trabajaban los tallistas con el objetivo de darle forma y hacer destacar los distintos colores.

  • Corte angular: Traído en el siglo XIV desde Oriente esta técnica ayudaba a que las piedras obtuviesen más brillo y reflejos.

Gracias al uso de todas estas técnicas se podían obtener joyas únicas y de gran calidad que eran muy apreciadas por los compradores de la época.

La procedencia de los metales

En esta época, anterior al descubrimiento de América, era más complicado obtener oro y plata. En muchas ocasiones se reutilizaban piezas antiguas como copas u otros elementos, pero también existían algunas minas como las ubicadas en Nigeria y la Costa del Oro. Además, alguna región de la península aún contaba con minas como Murcia y Córdoba.

En cuanto a la plata, era algo más popular en el continente europeo. Francia, gracias a las minas de Melle, e Italia, con las de Cerdeña, eran los mayores productores. Pero eran muchos más los países que tenían pequeñas minas.

Tras el descubrimiento de América la disponibilidad de ambos metales creció de una manera abismal gracias a las minas del denominado Nuevo Continente. Su uso se popularizó aún más y permitió al sector vivir una época de gran auge e importancia.

Las piedras preciosas y su largo viaje

El material principal con el que se elaboraban las joyas de la época eran los metales ya mencionados, pero se les incluían las piedras preciosas. Estas permitían una mayor variedad de diseños y aumentaban el estatus social del portador de esta. Para llegar a su destino estas piedras solían realizar un largo recorrido.

Los zafiros y los rubíes eran las más apreciadas tanto por su belleza como por los kilómetros que recorrían desde Oriente creando su propia ruta. A lo largo de la misma los mercaderes iban añadiendo otras piezas como las turquesas de Persia o las esmeraldas de Egipto. El surtido que provenía de toda esa zona era amplio y su comercio rivalizaba con la conocida ruta de la seda.

Más cerca se encontraba el ámbar (Mar Báltico), amatistas (Alemania) o el cristal de roca (Francia y Alemania). Otro de los elementos importantes especialmente para la confección de collares eran las perlas, que en esta época se obtenían en los ríos de Escocia.

Los diseños más populares

Los diseños seguían ciertas modas que iban cambiando con el paso del tiempo. Durante el siglo XI una de las opciones más populares eran los broches circulares. Posteriormente, los grandes protagonistas serían los colgantes y anillos, especialmente aquellos que contaban con simbología religiosa. Al llegar el siglo XV se produce un nuevo cambio siendo los collares pegados a la vestimenta los más demandados. En definitiva, la joyería durante la Edad Media era un símbolo de estatus, poder y riqueza.

Comentarios (1)

    • Antonio
    • 2022-11-17 11:25:45
    Entiendo que en la Edad Media al igual que hoy, la joyería se consideraba un signo de estatus social, pero al ser accesible a pocas personas se valoraban mucho las piedras finas o las consideradas hoy como semipreciosas (como el Aguamarina, el Peridoto, el Jade ...). Estas se obtienen de forma mas sencilla que las consideradas piedras preciosas y en algunos casos tienen durezas y pureza similar a las cuatro grandes gemas ( Diamante, Rubí, Zafiro y Esmeralda) Hoy me gustaría romper una lanza a favor de aquellos joyeros que tienen en cuenta, como tenían algunos de la Edad Media piedras como el Jaspe o la Turquesa o el Citrino para la obtención de gemas que utilizar en sus joyas y que estas se valoren por la belleza de la gema y del diseño. Hay que evitar que la dificultad de conseguir una piedra (los diamantes de sangre) sea algo que aporte valor y estatus. En la web https://talata.es se pueden ver algunas de las piedras finas que considero interesantes para la joyería. SI A LA JOYERÍA SOSTENIBLE!!!
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